Así
es como quedas atrapado: si empiezas a pensar que eres el responsable de todas tus
acciones; de todos tus estados de ánimo, al principio te sentirás muy
deprimido. Pero si eres capaz de superar esa depresión, pronto te sentirás más
ligero, porque te has liberado de los demás. Ahora puedes actuar por tu propia
cuenta. Puedes ser libre; puedes ser feliz. Aunque todo el mundo sea desdichado
y no sea libre, para ti será igual. Y la primera libertad consiste en dejar de echar las culpas a
otros; la primera libertad consiste en saber que el responsable eres tú.
Entonces muchas cosas se hacen posibles de inmediato.
Si
sigues cargando a otros con la responsabilidad, recuerda que seguirás siendo siempre
un esclavo, porque nadie puede cambiar a los demás. ¿Cómo vas a cambiar a otro?
¿Alguien
ha cambiado alguna vez a otro? Te ocurra lo que te ocurra... Si te sientes triste, cierra
los ojos y contempla tu tristeza. Sigue el camino que indica, profundiza en
ella.
Pronto
llegarás a la causa.
Puede que tengas que hacer un largo recorrido, porque toda tu vida ha influido;
y no solo esta vida, sino otras muchas vidas. Encontrarás muchas heridas en tu
interior, heridas que duelen, y debido a esas heridas te sientes triste... son
tristes; esas heridas no han cicatrizado; están vivas. El método de retroceder
hasta el origen, del efecto a la causa, las curará. ¿Cómo las cura? ¿Por qué
las cura? ¿Qué fenómeno interviene en ello? Cuando retrocedes, lo primero que tienes que hacer es dejar
de echar las culpas a otros, porque si echas las culpas a otros irás hacia
fuera. Y entonces todo el proceso saldrá mal; estarás intentando, encontrar la
causa en otro. «¿Por qué se pone desagradable mi mujer?
»
Y el «por qué» sigue penetrando en la conducta de tu mujer. Has dado mal el
primer paso, y todo el proceso saldrá mal.
«¿Por
qué soy desdichado? ¿Por qué estoy enfadado?» Cierra los ojos y súmete en profunda
meditación. Túmbate en el suelo, cierra los ojos, relaja el cuerpo y siente
porqué estás
enfadado. Olvídate de tu mujer; eso es una excusa. Y de A, B, C, D... déjate de
excusas. Sigue profundizando en ti mismo, penetra en la ira. Utiliza la ira
misma como si fuera un río; fluye con la ira y la ira te llevará hacia dentro.
Encontrarás sutiles heridas dentro de ti. Tu mujer te pareció desagradable
porque tocó una de esas sutiles heridas, algo que duele. Siempre has pensado
que no eres guapo, que tu cara es fea, y eso deja una herida interior. Cuando
tu mujer se pone desagradable, te hace consciente de tu cara. Te dice:
«¡Anda
y mírate en el espejo!» Cosas que duelen. Has sido infiel a tu mujer, y cuando
ella quiere ponerse desagradable, lo saca a relucir: «¿Por qué te reías con
aquella mujer? ¿Por
qué
estabas sentado tan a gusto con aquella mujer?» Ha tocado una herida. Has sido
infiel, te sientes culpable; la herida está viva.
Cierra
los ojos, siente la ira, déjala surgir en su totalidad para que puedas verla entera,
ver lo que es. Y entonces, deja que esa energía te ayude a moverte hacia el
pasado, porque la ira procede del pasado. No puede venir del futuro, eso está
claro. El futuro aún no ha llegado a existir. No está viniendo del presente.
Esta es la teoría del karma. No puede venir del futuro, porque el futuro aún no
existe; no puede venir del presente, porque tú no sabes nada del presente. El
presente solo lo conocen los que están despiertos. Tú vives solo en el pasado, así que tiene que venir de
alguna: parte de tu pasado. La herida tiene que estar en algún lugar de tu
memoria. Retrocede. Puede que no haya una sola -herida, sino muchas, grandes
y pequeñas. Profundiza más y encuentra la primera herida, la fuente original de
toda la ira. Conseguirás encontrarla si lo intentas, porque está ahí. Está ahí;
todo tu pasado sigue estando ahí. Es como una película, enrollada y esperando
en tu interior. Desenróllala y empieza a buscar en la película. Así es el
proceso de retroceder hasta la causa original. Y he aquí la belleza del
proceso: si
puedes retroceder conscientemente, si puedes sentir una herida conscientemente,
la herida se cura al instante.
¿Por
qué se cura? Porque la herida se crea por la inconsciencia, por no ser consciente.
La herida forma parte de la ignorancia, del sueño. Cuando retrocedes conscientemente
y contemplas la herida, la conciencia es una fuerza curativa. En el pasado, cuando
se produjo la herida, se produjo en la inconsciencia. Te pusiste furioso,
fuiste poseído por
la ira, hiciste algo. Mataste a un hombre y has estado ocultándoselo al mundo.
Puedes
ocultárselo a la policía, puedes ocultárselo a los tribunales y a los jueces,
pero ¿cómo vas a ocultártelo a ti mismo? Tú lo sabes, y duele. Y cada vez que
alguien te da la oportunidad de ponerte furioso, te entra miedo porque podría
volver a ocurrir, podrías matar a tu mujer. Retrocede, porque en ese momento en
el que mataste a un hombre o te portaste como
un loco porque estabas muy furioso, estabas inconsciente. Esas heridas se han conservado
en el subconsciente. Ahora tienes que ir allí conscientemente.
Retroceder
significa ir conscientemente hasta cosas que hiciste en la inconsciencia.
Retrocede.
Solo la luz de la
conciencia puede curarte; es una fuerza curativa. Todo lo que puedas
hacer consciente quedará curado, y ya no dolerá más. Una persona que
retrocede se libera del pasado. Y entonces el pasado ya no funciona, entonces
el pasado ya no tiene poder sobre ella y el pasado queda terminado. El pasado
ya no tiene sitio en su ser. Y cuando el pasado
no tiene sitio en tu ser, quedas accesible para el presente, pero no antes.
Osho